Please enter banners and links.
La Patagonia tiene muchos atractivos y un sin fín de lugares para recorrer.
Tentados por esto, ocho amigos en cuatro chatas planeamos recorrer el norte de Neuquén, entrando por La Pampa hacia el oeste siguiendo el río Barrancas, lago Cari Lauquen e intentar cruzar el Cajón del Nevado, plena cordillera en noviembre.
Día 1 de travesía.
Al amanecer cruzamos e Río Colorado cerca del límite de las cuatro provincias y seguimos la ruta de las petroleras.
Estaba algo nublado, pero igual a nuestra izquierda se podía ver el volcán Auca Mahuida.
Después de pasar por el pueblo Barrancas el camino de ripio ya era más sinuoso y rustico pero cada vez no brindaba mejores paisajes, como el imponente volcán Domuyo.
Cruzamos distintos puentes y arroyos que terminan en el río Barrancas.
Llegamos al lago Cari Lauquen y mientras lo bordeábamos se apreciaba claramente donde llegaba el nivel del lago originalmente según su historia.
Durante el otoño e invierno de 1914 esa zona cordillerana recibió una extraordinaria cantidad de nevadas. Al llegar la Época cálida de la primavera esa gran masa de nieve se derritió de manera rápida excediendo la cantidad normal de agua en el lago, eso provoco el colapso de uno de sus lados abriendo una garganta de unos 250 metros de largo por 100 de alto.
El 29 de diciembre de 1914 esta enorme masa de agua, barro y gigantescas rocas bajó por el río Barrancas arrastrando hogares, cultivos, ganado y con el pueblo Barrancas, que originalmente estaba junto al rio que lleva su nombre.
Estaba terminando el día y debíamos buscar donde acampar, estando cerca de Cochico entramos a ver si lo podíamos hacer ahí.
El poblado tenía una escuelita, la comisaría, la comisión de fomento y unas pocas casas, pero el lugar era hermoso y muy cálida la atención de los pobladores.
Al presentarnos en la comisión de fomento nos ayudaron a conseguir lugar para pasar la noche, además también a conseguir un cordero que asamos y compartimos esa noche allí.
Día 2 de travesía.
A la mañana salimos temprano y después de la foto del equipo a orillas de la laguna Las Mariposas, nos pusimos en marcha con el plan de cruzar el Cajón del Nevado, aunque los datos que veníamos recopilando en el camino no eran nada favorables.
Nos decían que el camino desde Cochico en adelante no se transitaba desde antes del invierno, que estaba intransitable y que en el Cajón había unos ocho metros de nieve.
El primer pronóstico se cumplió, en el camino había grandes grietas que la lluvia y el deshielo habían socavado.
Tuvimos que palear el terraplén para lograr espacio suficiente para que puedan pasar las camionetas.
Por momentos las huellas del camino se perdían, pero avanzábamos, a lo lejos ya se veía el Cajón y la cordillera nevada.
El mediodía nos encontró en medio de ese hermoso paisaje, ideal para hacer la picadita.
Otra vez en camino fuimos encontrando más badenes, arroyos y unas huellas poco amigables, pero seguíamos sin problemas.
Hasta que empezamos a encontrar nieve. Primero eran solo lenguas sobre el camino, pero más adelante llegaba a los tres metros, haciéndose imposible seguir.
Después de pelear con la nieve un buen rato decidimos buscar un lugar para acampar y planear el itinerario para el día siguiente.
Dia 3 de travesía.
Por la mañana regresamos por el camino hacia Barrancas y fuimos en busca del volcán Tromen. Bello e imponente y se adueñaba del paisaje.
Más adelante, junto al camino a Buta Ranquíl encontramos este gran cráter que produjo la caída de un meteorito hace muchos años.
Esa noche paramos en Barrancas, en un pequeño hotel y comedor. La dueña del comedor nos preparó un exquisito chivito en el horno pizzero, excelente manera de cerrar la travesía.
Al día siguiente cruzamos río Colorado a Mendoza para poder ver aunque sea a la distancia el volcán Payun y volvimos a casa.
Si bien en este viaje no cumplimos todas las metas dado a la cantidad nieve todavía en primavera, es un recorrido que en otra época del año puede ser mucho más sencillo hacerlo. Entre diciembre y marzo el camino es mantenido por vialidad siendo transitable hasta para un automóvil.
De nuestra parte, regresamos satisfechos por los lugares conocidos y el gusto de la aventura entre amigos.