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En el extremo noroeste de la provincia de Tucumán, en el Valle Calchaquí, a 1900 m.s.n.m. se encuentra la ciudad sagrada del pueblo Quilmes, o más conocida como las ruinas de los Quilmes.
Las ruinas pasaron por un par de restauraciones, la última durante el gobierno militar, quizás estas con criterios más turísticos que arqueológicos.
En la parte más alta de la ciudad vivían el cacique con su familia y los pobladores de mayor jerarquía.
Al recorrer las ruinas muchas preguntas vinieron a mi mente, parecía mentira que una civilización entera, establecida en ese lugar hubiera sido expulsada.
Los Quilmes poblaron este territorio durante miles de años, llegaron a tener una alta densidad de población lo que les permitió una mejor distribución de las tareas, una mayor explotación del ecosistema y un gran desarrollo sociocultural.
Tras muchos años de lucha contra los españoles, en 1665 los Quilmes fueron obligados a rendirse, quemándole las cosechas, matando el ganado y contaminado sus fuentes de agua. Los casi 4000 sobrevivientes fueron trasladados caminando mas de mil kilómetros hasta orillas del río de la plata donde solo llegaron unos 400, llamando luego Quilmes a este lugar, referido a ellos.
En la actualidad los descendientes siguen luchando por su tierra y desde el 2008 lograron la tenencia y administración de las ruinas, pero aún hay mucho territorio en disputa.
En el km 4292 de la ruta 40 y haciendo solo 5 km hacia el oeste encontraras las ruinas. En el lugar dispones de estacionamiento, sanitarios, un puesto de bebidas y servicio de guía ofrecido por los mismos descendientes Quilmes.